ESCUPIR AL CIELO.
Cuando escupió al cielo era un humano
que sólo pretendía ensuciarlo. Ahora que alcanzó la divinidad se
está ahogando en su propia baba.
Escupió cuando acusaba al gobierno
socialista de debilidad porque no había sabido defender los
intereses de España ante la nacionalización efectuada por el
gobierno de Argelia de unos pozos de petróleo de la empresa REPSOL.
Un simple arañazo .
Ahora, esta misma empresa recibe un
descomunal zarpazo, que le propina el gobierno argentino quedándose
con el 51% de su filial YPF.
¿Donde está la fortaleza de nuestro
de nuestro gobierno, de nuestro presidente?
Todos los políticos, tarde o temprano,
tienen que tragarse algún sapo.
Pero nuestro Presidente va a conseguir
un récord de Guiness.
Veamos los que se lleva comido el señor
Rajoy en menos de cuatro meses:
-Al día siguiente de ganar las
elecciones bajará la prima de riesgo.
El lunes 21 de noviembre de 2011, la
prima de riesgo subió. Prueba evidente de que sus queridos mercados
no confiaban tanto en los vencedores como los vencedores en sus
queridos mercados.
Primer sapo.
A partir de ahí comienza la
batraciofagia.
Subida de impuestos, amnistías
fiscales, recortes, el 5,8%, reforma laboral que produce más paro...
No me preocupa cuantos sapos se
coma este señor. Me preocupa su digestión (indigestión), que nos afecta a todos
los españoles. Cada sapo que se zampa perjudica a algún sector de
las clases populares, a su economía, a sus derechos, a sus libertades.
La confianza en el nuevo gobierno está
por los suelos. Vivimos en una situación de incertidumbre, de miedo
inducido que nos inhibe. Juegan a asustar y lo están consiguiendo.
Un pueblo asustado es un pueblo adocenado; pero sin iniciativas. Si
esto es lo que pretenden es posible que lo consigan.
Aunque nunca se
sabe.
Este pueblo ha sido capaz de lo mejor y
de lo peor.
Y ahora sabe...
Sabe que se equivocó, como la paloma
de Rafael Alberti, pero aprendió que “ni el norte era el sur ni
la noche la mañana”.
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