Equipo de Futbito "Dejadnos vivir"
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MAREA BLANCA
Con motivo de la muerte (también en trágicas circunstancias) de José Francisco Bóveda, uno de los pocos supervivientes de aquel equipo de "porreros", como los llamaban despectivamente los biempensantes de Vilanova, tuve ocasión de publicar en facebook y en uno de mis blogs en lengua gallega (Arousa a debate), algunas reflexiones sobre las consecuencias derivadas de un sunami inesperado, el narcotráfico, que cogió a todos durmiendo, diría incluso que a los propios narcotraficantes que no supieron prever las consecuencias letales de esa actividad.
No me voy a detener en las quiebras que supuso en la economía local el blanqueo, creando empresas paralelas a las establecidas que hundían con precios por debajo del coste de producción y crearon una economía virtual que no se sostiene más allá de las necesidades de blanqueo del promotor. Pienso escribir sobre situaciones extremas que vivieron empresarios y comerciantes, que se resistieron al chantaje de los testaferros de los narcos.
Hoy quiero hablar de esa generación, que hoy estaría entre los cuarenta y los cincuenta años y que en todos los pueblos de la ría de Arousa fueron enganchados en el consumo de drogas duras, sin tener la más mínima información sobre sus consecuencias. Empezaron consumiendo hachis y vieron que no pasaba nada si dejaban de consumir. Pensaron que si los "porros" no creaban adicción, tampoco lo harían la heroína y la cocaína. No sabían más y por otro lado era un nuevo reto a todos aquellos que los insultaban y discriminaban llamándoles "porreros". Pero se equivocaron. Se equivocaron trágicamente.
Me decía un dependiente, que desde el primer momento en que se "chutó", ya intuyó que no podía vivir sin la heroína.
Son muy pocas las familias de la comarca que han tenido la suerte de presumir de no tener algún toxicómanos entre sus miembros.
Eran los más inquietos, los atrevidos, los emprendedores...que no pudimos tener.
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