martes, 14 de junio de 2011

PORTUGAL. AQUÍ A LA VUELTA.





El pasado domingo día 5 de junio se celebraron en Portugal elecciones a la asamblea legislativa. El primer ministro el socialista José Sócrates hubo de adelantar las elecciones al no poder aprobar las reformas requeridas por la U.E. para no verse obligada a intervenir en su rescate. La "pinza" a la que fue sometido por la derecha y la extrema izquierda ahogó las reformas y avocó a los portugueses a estas elecciones anticipadas.

La división partidista en la República Portuguesa difiere de la española. En el país vecino hay dos partidos importantes de derechas (La coalición CDS-PP y el PSD) y tres de izquierdas (PS, BE y CDU).

La coalición CDS-PP, es un partidos de derecha radical y extrema derecha. En él se agrupan "saudosos" de la dictadura salazarista, altos cargo de la iglesia católica, viejos militaristas e industriales mimados por la dictadura. Se saben la llave para que gobierne la derecha y en cuantos gobiernos han entrado han protagonizados escándalos. Su lider Paulo Portas está presuntamente implicado en el "afaire de los submarinos", se le acusa de un fraude de 60 millones de euros.
El Partido Socialdemócrata (PSD), pese a su nombre es un partido de derechas, pero moderno y liberal. Es el partido de los empresarios, de la banca, de la mayoría católica, de los profesionales de élite, (sanidad y enseñanza privadas). En sus filas se enrolaron políticos posibilistas procedentes del salazarismo o del comunismo, como es el caso del actual presidente de la UE, Durão Barroso. Representa a una derecha más centrada que la que podría representar el PP en España. Pedro Passos Coelho, su candidato, es un hombre relativamente joven, casado con una cavoverdiana negra. Este dato lo reflejo, para  resaltar las diferencias con el PP español. Sus gobiernos y relevantes cargos del partidos fueron acusados de corrupción.
El Partido Socialista (PS) es un partido de centro izquierda en el que conviven católicos (el ex primer ministro Guterres), masones (Mario Soares -un ministro de su gabinete, Rosado Correia, fue el último "grande mestre" de la masonería portuguesa), agnósticos, liberales de izquierdas, profesionales socialmente comprometidos, enseñantes. En sus gobiernos se aprobaron las leyes que modernizaron, en lo posible, Portugal. Es un partido Socialdemócrata como el PSOE, pero no es comparable en sus relaciones con la iglesia católica, que son de respeto mutuo, debido sobre todo al enorme poder mediático que la "iglesia" mantiene en Portugal y al tacto ceremonioso de la iglesia con los gobiernos salidos de las urnas. Tampoco lo es en sensibilidad social en temas controvertidas (aborto, eutanasia, descentralización). El Secretario General y hasta estas elecciones presidente del gobierno, José Sócrates, ha malgastado su capital político intentando disfrazar la evidencia de una economía que no se sostenía y que el intentó reactivar fomentando el consumo interno (en Portugal existe una economía sumergida importante). Su principal error ha sido volver a presentarse como candidato por su partido. La oposición, sin distinción de colores, lo ha presentado como un embaucador y el mensaje fue calando.
El Bloco de Esquerdas (BE) de Francisco Louçã, es un partido que salio de una escisión por la derecha del partido comunista. Su programa es el de un partido socialista clásico, diríamos la izquierda del PSOE e IU, en España. El apoyo a la gobernabilidad del PS, lo pagó con una pérdida de casi el 50% de su electorado.
La Coalición Democrática Unitaria (CDU), es una coalición dominada por el viejo PCP en la que se integraron otros grupúsculo de extrema izquierda. Es un partido con propuestas poco convencionales, muy implantado en ciertas regiones del país. Es un partido democrático, pero muy crítico con el sistema y contrario al rescate financiero. El secretario general, Jerónimo de Sousa, es un veterano de la política, que sabe marcar meridianamente su territorio. Esta estrategia le permite mantener un electorado fiel, en torno al 8%. Es un partido que en España podría representar a la izquierda del PC , a intelectuales de izquierdas y a los cuadros sindicales.  

Con este panorama político se celebraron las pasadas elecciones. El rescate financiero del FMI y de la UE marcaron los programas de las formaciones políticas. 
 En una campaña extremadamente austera calaron dos propuestas dentro del sistema para superar la crisis.
La derecha pretende salir de la crisis favoreciendo la creación de empleo y aumentando la competitividad de las empresas. No dice de donde sacará el dinero para hacer frente a la deuda. Es decir que apoyará a las empresas en detrimento de los servicios públicos. Aunque no lo explicitan, las pensiones, la educación y la sanidad, entre otros servicios, serán las que pagarán. Resumiendo, "saldremos antes pero pagarán los más débiles".
El PS mantiene que el peso de la deuda debe recaer equitativamente entre todos los sectores, preservando los más desfavorecidos y las pensiones, la sanidad y la educación. En definitiva, el mensaje sería: "tardaremos más en salir de la crisis, pero no será a costa de los más débiles".
CDU y otros grupos apostaban por otras soluciones, como no asumir la deuda o abandonar la UE.

Pedro Passos Coelho, futuro presidente del gobierno portugués
Así las cosa el pueblo portugués optó por una terapia agresiva. Salgamos pronto de la crisis (extirpemos el cáncer) aunque sea a costa de una mayor injusticia social.
El PSD y CDU, la derecha, formarán el nuevo gobierno.

viernes, 10 de junio de 2011

SOCIALIZAR EL TRABAJO.


En un anterior comentario en torno al movimiento de los indignados (15-M San Isidro) hacía una reflexión sobre la necesidad de socializar el trabajo. Las crisis se producen por sobre producción.
No necesitamos trabajar más. Necesitamos conjugar la producción y el consumo a la sostenibilidad de los recursos naturales.

Algunos “amigos” a través de facebook , que compartían mi exposición me preguntaban si era algo más que una utopía. Entendían que para llegar a esa situación era preciso llevar a cabo una verdadera revolución, que acabara con el actual sistema y que no se podría hacer unilateralmente porque ningún gobierno se atrevería (se lo permitirían) y que en el más que improbable supuesto de que algún país lo hiciese perdería competitividad y mercado. En definitiva, que socializar el trabajo dentro del sistema es un canto de sirena.

No estoy de acuerdo y pienso que hay fórmulas que habría que experimentar.
Se me ocurre una:
Los trabajadores cobran al año un mínimo de 14 pagas, 12 mensuales más dos extraordinarias (Junio y Diciembre).
Supongamos que las dos pagas extraordinarias se cambian por vacaciones. Los trabajadores pasarían a tener 3 meses de vacaciones al año y las empresas deberían cubrir esos dos meses de absentismo acordado acudiendo a las listas de desempleados. En teoría la demanda de trabajadores aumentaría en 2 por cada 12 empleados (16,6 %). Aproximadamente un 13,6 % del total de los trabajadores. La tasa de desempleados estaría entorno al 7%. Una cifra, que podemos considerar buena en términos relativos.
La medida sería dolorosa para la población activa, que en general tiene hipotecadas estas pagas "extra"  ( créditos, vacaciones, equipamientos, regalos, etc.); pero peor es tener hipotecado el futuro.
Muchos trabajadores verán mejorar incluso su situación económica, si la pareja o los hijos encuentran un trabajo.
La calidad de vida de los trabajadores, con un mes de vacaciones por cada tres de trabajo, indudablemente, mejoraría. Dispondrían de más tiempo para dedicar a la familia o a trabajos domésticos, para mejorar su formación, para cultivar un huerto, realizar unas chapuzas caseras, atender a sus hobbys...Su disposición para el trabajo también sería más positiva. Con lo cual las empresas podrían ser más competitivas, a lo que habría que añadir el empuje de la nueva savia, los nuevos trabajadores, en su mayoría jóvenes y bien formados o mayores con reconocida experiencia.

Para mantener la competitividad de las empresas, sería conveniente una reducción de la cuota a la Seguridad Social en la misma proporción que el incremento de trabajadores.

Es posible que se puedan barajar otras fórmulas, o que esta misma pueda ser aplicada, en plazos, paulatinamente. Pero soluciones, existen. Solo hay que tener voluntad de llegar a acuerdos y aplicarlas.