lunes, 24 de octubre de 2011

DE PORTUGAL CON AMOR

Bem querida Espanha:
Tengo problemas de conciencia que no sé como acallar.
Por mi culpa han sucedido muchas cosas en este país, que me quitan el sueño.
Te cuento:
En esta pasada primavera el gobierno del socialista José Sócrates, cayó por no encontrar en todo el arco parlamentario el apoyo preciso para sacar adelante las reformas que le pedía la U.E., para evitar el rescate.
Pasamos por la vergüenza de ser rescatados por la troika (FMI, BCE,UE) y seguidamente se celebran elecciones que gana la derecha con el milagroso mensaje de que íbamos a salir de la crisis sin subir los impuestos.
En la primera comparecencia pública, el nuevo primer ministro Pedro Passos Coelho, anuncia que como medida excepcional recortaría la paga extraordinaria de Navidad al 50%.
Desde entonces siguió una linea de recortes en sanidad con la desaparición de multitud de centros de atención primaria en el rural. Se amplió el copago.
En educación se cerraron escuelas y se redujo el número de profesores.
A principios de octubre anunció varias medidas para el próximo año, entre otras:
Los funcionarios no cobrarán ninguna de las pagas extraordinarias.
Los trabajadores aumentarán su horario laboral en tres horas semanales, sin que suponga aumento de sueldo.
Llegó el cambio prometido, el pueblo sabe que se equivocó.
El cambio no favorece a nadie. Los pobres son cada vez más pobres. Las clases medias se disuelven.
Estas medidas no solo perjudican a los directamente afectados. Tienen efectos secundarios:
Las pagas extraordinarias se fundían en tapar agujeros (pequeñas deudas), ropa, reparaciones de vehículos, vacaciones, comidas, libros, electrodoméstico, regalos, etc. que ayudaban a muchos sectores y principalmente al pequeño comercio a “ir tirando”. No quiero pensar en todos aquellos pequeños comerciantes que tendrán que cerrar. Me siento responsable.
También me siento responsable de los jóvenes que se quedarán sin acceder al mercado de trabajo, al ser amortizado su hueco con el aumento de horas laborables.
Por eso, bem querida, Espanha, tengo problemas de conciencia y quiero confesarlo.
Espero que no te sorprenda esta inesperada misiva, sólo pretendo que te veas en mi espejo antes de que sea demasiado tarde.
De Portugal, con amor.