La comida está servida
Durante
este verano estuvo circulando por las redes sociales un artículo de
M. Martín Ferrand, titulado la “Dictadura del Funcionariado” que
fue ampliamente comentado desde distintas perspectivas y
sensibilidades. Asociada al artículo tuvo una gran difusión en los
foros la respuesta de una funcionaria andaluza que de una manera muy
gráfica defendía el trabajo callado, a veces heroico, de los
funcionarios, que tienen como única ambición, un puesto de trabajo
y una remuneración mensual asegurada.http://erdesvan.wordpress.com/2010/06/16/articulo-de-martin-ferrand-sobre-los-funcionarios-y-respuesta-inmediata/
No
voy a comentar un artículo que además de descalificar a un
colectivo, que como cualquier otro tiene buenos, regulares y malos
trabajadores, es un panfleto neoliberal, con mentiras o medias
verdades incluidas.
Tampoco
voy a comentar la excelente respuesta de la funcionaria andaluza, que
acaba con esta frase “a
Ud., y a los que piensan como Ud., sólo tengo que decirles:¡¡¡
Váyanse a hacer puñetas !!!”.
No
se van a hacer puñetas, señora, vienen a hacernos la puñeta.
Es
el toque de diana de una involución, que se está ejecutando con
nocturnidad y alevosía y que ahora se pretende hacer a la luz del
día, con el aplauso de la tropa.
El
liberalismo económico no se conjuga con el estado del bienestar.
Sostiene
que todo el dinero que se invierte en funcionarios y servicios
sociales, gestionado por manos privadas resultaría más eficiente y
rentable.
El
estado del bienestar en Europa, se lo debemos en buena medida, a la
socialdemocracia sueca (como ejemplo a seguir) y al miedo a la URSS,
a la penetración del comunismo en las democracias europeas. Para
evitar esta posibilidad los americanos pusieron como primer parapeto
el “Plan Marsall” y luego siguieron una serie medidas sociales y
un gran despliegue mediático (prensa, radio, literatura, cine, etc).
La
“Dictadura del Funcionariado”, es para el liberalismo económico
el “Estado del Bienestar”.
Lo
que se busca es desmontarlo. ¿Pero como desmontarlo sin que la
ciudadanía que lo disfruta se entere?
Haciendo
un símil con la Grecia clásica (para no desmerecer al autor del
artículo), ya encontraron la víctima
propiciatoria, para
ofrecer en el altar de los dioses del mercadeo: los
funcionarios.
Los funcionarios en estos
tiempos de zozobras son vistos con cierta envidia, por su estabilidad
en el empleo. No es difícil azuzar a los resentidos y a los
maltratados por el sistema contra “esta lacra”.
Para tranquilidad del lector
debo aclarar que la dosis de droga que nos alele no se nos
suministrará de una sola vez. Será sabiamente administrada: hoy
serán los profesionales de la enseñanza pública, mañana los de la
sanidad, pasado los de seguridad, y para el otro los que usted
quiera.
El artículo del Sr. Martín
Ferrand, no es un ataque a los funcionarios. Forma parte de una
campaña bien orquestada y financiada en toda la U.E. para
“adelgazar” el Estado del Bienestar.
Es un nuevo Caballo de Troya
que recibimos como un regalo pero que lleva en su vientre el engaño
y la ira de los dioses del mercado.