Gran parte de estas empresas se encuentran actualmente en graves dificultades de liquidez con aplazamientos del pago de impuestos o de la seguridad social o los salarios de los trabajadores, pues las hipotecas se comen los beneficios brutos y más.
La mayoría de ellas se verán abocadas a cerrar en breve.
Son empresas dispersas por todo el país, en pequeños pueblos o en los aledaños de las grandes ciudades. Son empresas con nombres y apellidos, donde los trabajadores y su familia y amigos saben lo que hacen y conocen al patrón.
El cierre de estas empresas llevará la sensación física de la crisis a los pueblos (hasta el momento se nota menos) y repercutirá negativamente en el consumo interno, provocando nuevas dificultades añadidas.
No vamos a salir de la crisis únicamente con los Bancos saneados. Saldremos de la crisis cuando las pequeñas y medianas empresas viables encuentren una solución para poder asumir sus hipotecas. En caso contrario todo el esfuerzo de la Hacienda Pública (es decir, de todos) para sacarnos de la crisis solo ha servido para sanear a los bancos y a los ahorradores, que no han querido arriesgar. Mientras las pequeñas empresas se hunden paradójicamente por culpa de las hipotecas(de los bancos).
Estas empresas son la base de la economía real. Cerrar los ojos a esta realidad sería la mayor ceguera.